En estas circunstancias, y en contadas ocasiones, la precipitación llega a tierra en forma de hielo. Es lo que se conoce como granizada o pedrisco. Se trata de bolas de hilo, con una estructura interna de capas, que adquiere diámetros que oscilan entre los 0,5 y los 5 cm, y que en general tiene efectos altamente negativos para los cultivos. Una granizada de escasa duración temporal arruina en pocos minutos las cosechas, e incluso, en el caso de producirse sobre cultivos leñosos, los daños son prolongados en el tiempo a causa de las heridas que produce sobre la madera. En l'Horta, el tránsito de la primavera al verano y el del verano al otoño son las fechas más proclives a la aparición de este indeseado fenómeno.
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