Si bien las temperaturas a lo largo del año permitirían el cultivo de una gran variedad de plantas, la falta de humedad condiciona de manera casi absoluta en condiciones naturales el cultivo de una gran parte de ellas.
El río Turia, en régimen natural se comporta como un río mediterráneo marcado por un fuerte estiaje en los meses veraniegos. Su capacidad de aportar agua a los regadíos que sustenta está en relación inversa a las necesidades de agua de los cultivos que sobre ellos se asientan. A consecuencia de este estiaje, en el pasado, el recurso a la adopción de medidas extraordinarias para garantizar la viabilidad de los cultivos se hacía inevitable.
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