Mientras existieron como espacios regados, privados del derecho al uso de las aguas aportadas por el canal de Moncada, los riegos de Extremal llevaron una vida autónoma, tan solo controlados en determinadas cuestiones por el poder municipal. Los ayuntamientos ejercían sobre los riegos de extremal funciones similares a las que en el Jovedat cumplia la Junta de Gobierno de la Real Acequia de Moncada.