EL REPARTO DE LAS AGUAS

EL RIEGO A TANDA

En el periodo andalusí la distribución del agua seguía un modelo proporcional: diferentes derivaciones en forma de lengua, sin ningún obstáculo que lo impidiera, iban detrayendo una parte del caudal que conducía el canal. El flujo de agua en el canal era continuo y la entrada en cada derivación también. A su vez, las distintas unidades de poblamiento (alquerías) situadas en cada derivación repartían proporcionalmente el agua según un pacto preestablecido. Los espacios de riego se situaban en rededor de la alquería, quedando espacios de reserva, de pastos y avituallamiento entre unas alquerías y otras.

Tras la conquista feudal muchos de los espacios no regados se fueron equipando y se pusieron en riego. La nueva parcelación obedecía a nuevos criterios organizativos y a un modelo de tenencia de la tierra distinto. El modelo de reparto proporcional irá siendo sustituido por uno nuevo basado en derechos de los diversos canales de derivación y de las nuevas villas coloniales cristianas. De esta manera, unas derivaciones permanecerán cerradas mientras otras suministran riego, alternándose según un ritmo semanal. Este nuevo modelo de riego es el conocido como tanda.
El crecimiento de los espacios regados, y por tanto de la demanda hídrica, agudizó de manera permanente los conflictos entre los regantes de cabecera (jussans) y los del final del sistema (sobirans), generándose múltiples variaciones del modelo de la tanda, que fue adaptándose a las necesidades de cada momento.

 

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