El proceso plurisecular de construcción y gestión de las redes de regadío tradicional de la Real Acequia de Montcada, como en muchos otros sistemas del Mediterráneo, está estrechamente ligado a la configuración física de la llanura litoral. El trazado de las acequias y escurridores debe adecuarse fielmente al sustrato topográfico, para que el agua pueda circular por gravedad por los canales.
Por esta razón, las acequias describen curvas sobre el plano para ajustarse a las sinuosidades y desniveles de las terrazas fluviales o los abanicos aluviales. Así mismo , los escurridores y otros elementos de drenaje aprovechan la red de barrancos, valles y paleocajeros para vehicular las aguas sobrantes. El contacto entre los depósitos aluviales y los marjales se configura como una zona habitual de descarga de los acuíferos detríticos y permite la localización de fuentes y manantiales que son aprovechados por los regantes. Finalmente, las tierras más hondas, antiguas ciénagas, exigen la excavación de redes de drenaje para posibilitar el cultivo.
En definitiva, el reconocimiento del modelado terrestre pasa a ser un elemento fundamental para interpretar la morfología de los sistemas de riego tradicional y entender su funcionamiento.
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