Aún hoy son numerosos los ejemplos de estos canales de tierra entre las, cada vez menos, acequias conservadas en cielo abierto. Recientes intervenciones arqueológicas en algunos de los gran canales de riego históricos de la comarca, ya sea en brazos principales, filas o regadoras, no hacen más que confirmar la extensión y predominio en el tiempo de los cajeros de tierra. Un buen ejemplo es el tramo fósil encontrado de la acequia madre de Mestalla, durante las obras de construcción del nuevo estadio de fútbol del Valencia CF, al borde de la avenida de las Cortes Valencianas. Los datos arqueológicos obtenidos sobre este canal, mostraron una fase inicial islámica, donde el canal tenía una sección en cubeta de reducida altura, excavada en un nivel de arenas finas de inundación. El estudio de la fase histórica posterior, a caballo entre la época islámica y la bajo medieval cristiana, hizo patente como le cauce de esta acequia se amplió de manera espectacular, aunque sus paredes continuaran siendo de tierra sin refuerzos. El registro histórico de finales del s. XVII, presenta la construcción de un murete de cal i canto sin trabar en uno de sus márgenes, que se mantendrá hasta el siglo XX, momento en el que se construirá un muro rudimentario de cal y canto y ladrillos trabados con mortero de cemento.
Otro buen ejemplo lo ofrece el tramo de la acequia de Mestalla que fue documentado arqueológicamente en el Palacio del Real de Valencia. En este lugar, el canal islámico de Algirós mostraba, igualmente, una forma de cubeta con una altura muy reducida, dentro una terraza natural del río Turia, sin obra en sus márgenes y que tan solo registraba puntuales refuerzos en un de sus bordes mediante fragmentos de tejas y de hormigón reutilizado.
Otros modelos semejantes son las grandes acequias, como la del Rey en Malilla, que mantienen estas características de excavación en el nivel geológico y con suaves pendientes en sus márgenes. En la acequia del Rey por una parte y en la ya señalada de Mestalla, a través de su derivación de Petra, por la otra, se encontró también el uso de estacas de madera clavadas en los cauces, entre las que se entrelazaban cañas por apuntalar y reforzar las paredes del suelo de los bordes.
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