Las características de los suelos vienen determinadas por una serie de rasgos físicos, como son su profundidad, la porosidad, la textura, su estructura, densidad o coeficientes hídricos; por unos rasgos químicos, que se concretan en valores como el contenido en materia orgánica, en carbono cálcico, en sales solubles, en el pH, etc.; y por unas propiedades biológicas como son los procesos relacionados con la actividad microbiana del suelo (procesos de humificación y mineralización de la materia orgánica, fijación biológica de nitrógeno, hidrólisis, solubilización de minerales, etc.). Las cualidades del suelo son aquellos rasgos que permiten valorar el suelo según su drenaje, la permeabilidad, la plasticidad, su fertilidad, su productividad,…
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