Los espacios de huerta y marjal dedicados al cultivo arrocero obtenían el agua para cubrir sus necesidades tanto de las aportaciones de los corredizos de la Real Acequia de Montcada, como de la suministrada por aguas freáticas de procedencia autóctona, como es el caso de fuentes o manantiales.
Los manantiales del Puig, junto la fuente Blanca y la fuente del Oliver, constituían desde siglos atrás la principal aportación hídrica de los espacios albufereños y de ciénagas del municipio del Puig, tal es el caso del Marjal, el Brosquil, la Fondà o los Plans.
La zona que ocupaban estas últimas aguas, es lo que popularmente se ha conocido como el extremal, un espacio que – como bien explica el geógrafo Vicent Salas – había estado desde época medieval fuera del control jurisdiccional de la Real Acequia de Montcada. Situación esta, que se trastrocó de manera definitiva a partir de la década de los años cuarenta del siglo XX, –cuando esta área fue incorporada al territorio censado y controlado directamente por la Comuna de Montcada– el jovedat.
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